Generalmente las empresas de mantenimiento ignoran y absorben el costo producido por el aumento de precios y la inflación, ya que a nadie le gusta que un mismo servicio suba de precio repentinamente. Gracias al COVID-19 y otras circunstancias imprevistas, esp ya no será posible en el 2021. El objetivo de este artículo es darles a conocer a los propietarios como se vio afectada nuestra industria y como se pueden ajustar a los futuros incrementos en los precios de los servicios.
Nadie en el mundo estaba listo para tener que cerrar sus puertas debido a el COVID-19. Si bien la mayoría de las empresas de piscina se mantuvieron abiertas ya que se categorizaron como trabajadores esenciales, pero no fue lo mismo con todas las empresas que fabrican equipos, herramientas, productos químicos y otros suministros. Eso también se aplica a las compañías de paquetería, que han aumentado los costos y las demoras en todas partes. Estos impactos del COVID-19 los veremos reflejados muy pronto en todas las áreas de la cadena de producción.
Como regla general, los precios de los productos para piscinas, como los productos químicos, aumentan lentamente y se mantienen en o por debajo de la tasa de inflación del dólar estadounidense. Cuando los costos de fabricación aumentan, no siempre se transfieren al consumidor cada año, ya que a la mayoría de las empresas no les gusta aumentar sus precios año con año. Los aumentos pueden ser cada dos años y, por lo general, solo un mero mínimo. Las empresas de servicios de piscina también han absorbido estos pequeños aumentos de precios sin aumentarle las tarifas a los propietarios, a menudo porque los aumentos son pequeños e insignificantes. Sin embargo, la inflación es parte de los negocios y debemos estar conscientes.
Con todo el mundo atrapado en casa, la idea de una piscina residencial se disparó. La demanda de nuevas piscinas, renovaciones, calentadores y otros equipos mejorados alcanzó un máximo histórico. Junto con la construcción de más piscinas, llegó una temporada más larga. Las piscinas en climas más fríos se abrían antes de lo normal... abril en lugar de mayo, o marzo en lugar de abril. Temporadas más largas significan más uso de cloro y otros químicos. La demanda de casi todo lo relacionado con las piscinas de jardín se disparó este año. Esto ejerce presión sobre los fabricantes para realizar entregas en exceso incluso durante tiempos difíciles.
Con experiencia propia, en Orenda podemos hablar abiertamente sobre el tema. El coronavirus ha cambiado fundamentalmente el negocio de fabricación en casi todos los niveles. Desde la fabricación de envases hasta materias primas, los retrasos y la escasez han afectado a todas las industrias. A menos que fabrique desinfectante para manos, aerosol de limpieza o equipo de protección personal (PPE) como mascarillas, muchas plantas de fabricación han dejado los artículos no esenciales en un segundo plano. Esto no solo aplica a nuestra industria o a los Estados Unidos. Esto aplica a toda la economía mundial. El coronavirus cambió las prioridades de todos. En Orenda tuvimos la suerte de tener suficiente material empaquetado para esta temporada y no tuvimos ningún retraso en los envíos, pero no todos tuvieron esta suerte.
Conforme el aumento de la demanda y los pedidos pendientes, se incrementaron los costos de los componentes. Una vez más, hablamos de tapas, botellas, etiquetas, cajas de cartón e incluso tarimas.
Otro factor muy importante son las nuevas reglas y protocolos de seguridad. El distanciamiento social, las mascarillas, los separadores de plástico transparente y las prácticas de desinfección no solo han ralentizado la productividad, sino que han elevado el costo de hacer negocios. Lo podemos observar en todos lados: restaurantes, supermercados, aviones, el gimnasio, etc. La cantidad de toallitas desinfectantes y spray es muy grande, y todo cuesta dinero. Así que todos tenemos que pagar ese costo adicional a la hora de hacer negocios. Cuando las fábricas tienen menos personal trabajando en conjunto, no se pueden producir bienes con tanta rapidez o eficiencia.
Queremos reiterar que este no es un problema solo de nuestra industria, esto está afectando a todas las empresas y todos los niveles.
Las compañías de paquetería también son mucho más caras de lo normal. No solo es porque sus centros de distribución están reglamentados por el distanciamiento social y el protocolo de seguridad, pero también porque ciertas demoras provocaron otras demoras. En marzo del 2020, se cerraron algunos puertos haciendo que ciertos envíos internacionales se retrasaran hasta que los puertos se abrieran de nuevo. Estuvimos esperando más de seis meses, cuando por lo regular solo esperábamos un par de semanas.
Incluso si el producto final era fabricado en Estados Unidos, es posible que algunos de los componentes internos fueran del extranjero. Por ejemplo, si un tipo de conexión o valvula dentro de un motor se fabricaba en Taiwán, el motor en si no se podría terminar y entregar. Esto sucedió en el negocio de las piscinas con todo tipo de productos, desde calentadores hasta juguetes de piscina para niños. Desafortunadamente, nadie podía hacer mucho para aliviar la presión. Pero una cosa es segura: los precios han subido. Lo que nos lleva al problema principal en el negocio de las piscinas en el 2020, que en realidad no tuvo nada que ver con COVID-19.
Los desinfectantes y limpiadores tienen una demanda extremadamente alta. Como han encontrado usos alternativos para el cloro en otras empresas industriales para desinfectar superficies. La demanda de cloro y desinfectantes en general ha sido increíble este año. A pesar de que los bordes internacionales se están abriendo y los negocios están volviendo a la normalidad en los Estados Unidos, hay un producto que va a escasear en el futuro. El tricloro. Y con la escasez de tricloro viene un efecto dominó que aumentará la demanda de otros artículos, lo que también elevará los precios. Es simplemente la ley de oferta y demanda.
Incendio de la planta de cloro. Fuente: Getty Images (de Forbes.com)
En agosto del 2020, una de las plantas de fabricación de cloro más grandes de América del Norte fue destruida por el huracán Laura y esto causó un incendio. Las implicaciones de este desastre no pueden subestimarse. Antes de este incidente, la demanda de cloro ya estaba cerca de un máximo histórico, gracias a los cierres por el COVID-19. Fuentes de la industria estiman que la planta era responsable de al menos un tercio de la producción de tricloro en todo el país. Tomando esos numeros en cuenta, podemos predecir lo que viene. Los otros fabricantes solo pueden producir cloro a una tasa predeterminada y, aunque aumenten la producción, no lograran dar abasto para cubrir esta gran pérdida. Los precios del tricloro casi se han duplicado desde agosto y se espera que aumenten aún más el próximo año.
Para llenar el vacío, los fabricantes extranjeros en Asia (principalmente) sin duda intentarán proporcionar más tricloro al mercado estadounidense, pero los precios seguirán siendo más altos de lo normal y la producción solo puede aumentar hasta un cierto punto antes de se alcance el nivel máximo. Y gracias a COVID-19, las plantas de cloro ya estaban en o cerca de su capacidad máxima para empezar. Para poner esta situación en perspectiva, la planta que se incendió, según los documentos regulatorios de Louisiana, producía alrededor de 115 millones de libras de tricloro al año.
Con esta situación en nuestras manos, tal vez es tiempo de renovarnos como industria. Es una oportunidad para mejorar y modernizar nuestras prácticas sobre cómo tratamos el agua de la piscina. En Orenda hemos hablado bastante sobre el tricloro debido a su relación con el ácido isocianúrico (CYA). El mantener el CYA al mínimo es nuestro cuarto pilar del cuidado proactivo de la piscina. El impacto de CYA en la concentración del cloro es importante y su impacto en el ISL también lo es. Con el tricloro surge la necesidad de drenar y diluir para mantener los niveles de CYA bajo control. En otras palabras, la escasez de tricloro es dolorosa a corto plazo, pero puede ser un gran beneficio a la larga.
El cloro no estabilizado es ideal cuando se combina con menos de 50 ppm de CYA. Se puede mantener una completa protección solar sin preocuparse por la sobre-estabilización y sus consecuencias. Así que nosotros, como industria, debemos adaptarnos y buscar otras alternativas. Las mejores tres opciones son el cloro líquido (hipoclorito de sodio), hipoclorito cal (hipoclorito de calcio) y los sistemas generadores de cloro salino. A pesar de lo que escoja, siempre asegúrese de mantener la desinfección como prioridad y recuerde ajustar los demás parámetros de la química del agua para que sean apropiados para el nuevo tipo de cloro. Por ejemplo, las piscinas de sal deben mantenerse de manera diferente a las piscinas hipocalóricas y viceversa.
Complementar el cloro con sistemas secundarios de desinfección/oxidación es muy beneficioso, especialmente cuando el cloro está en escasez. Es el siguiente paso lógico para atender la demanda de desinfectantes. Las piscinas comerciales han estado utilizando sistemas secundarios como los sistemas de ultravioleta (UV) y ozono durante décadas, y su popularidad también está creciendo en las piscinas residenciales. También hay sistemas de proceso de oxidación avanzada (AOP por sus siglas en inglés) y un oxidante secundario más reciente, pero no desinfectante, llamado oxígeno hiperdisuelto (HDO también por sus siglas en inglés). Todos estos sistemas tienen sus pros y sus contras, pero un gran beneficio de cada uno de ellos es que ayudan a que el cloro sea más eficiente.
No venimos a decirle que tiene que cambiar los sistemas de desinfección secundarios para su piscina, por lo que le sugerimos investigar por su parte a más detalle. Pero si no cuenta con uno, definitivamente valen la pena.
En resumen, estas alternativas reducen directamente la demanda de cloro y aumentan su eficiencia.
El mundo cambió repentinamente en el 2020 y es nuestro trabajo adaptarnos. Desafortunadamente, al menos hasta que las cosas vuelvan a la normalidad (con suerte), los precios serán mucho más altos de lo normal como consecuencia. Entre los problemas derivados por el COVID-19 como los protocolos de salud y seguridad y las demoras en los envíos, hasta la escasez del cloro, los costos en todos los aspectos de la cadena de suministro son más altos que nunca. No solo en nuestro negocio si no en la economía mundial. Sin embargo, particularmente en nuestra industria, la pérdida de una de las fábricas de tricloro más grandes del país, fue un golpe muy duro. Esto nos afectara a todos permanentemente, incluso a aquellos de nosotros que no fabricamos cloro. Como dicen en las noticias, estamos todos juntos en esto, y este artículo fue escrito con el motivo de reconocer la situación para poder hacerle frente. Entonces, si su empresa de servicio tiene que aumentar los precios en el 2021 (o finales del 2020), esperamos que este artículo le ayude a entender y simpatizar. De manera sencilla, no tendra otra opcion si quiere mantenerse en el negocio.